Junto al mar
de Valencia, en esta tarde
cansada de caminar
con un "la tierra te guarde"
te despido, buen Ruperto,
buen amigo.
Ya estás muerto
y yo sé lo que me digo.
La tierra tuya y la mía...
No es mejor —yo sé que sí—
dormir en Andalucía
que desvelarnos aquí?
Algún día
Andalucía será
nuestra, como nuestra es,
y ya nada importará
el ahora y el después.
Antes que tus huesos sean
tierra clara y barro fino,
—andaluz habías de ser—,
tú y yo juntos, como ayer,
haremos nuestro camino.
Pedro Garfías
Hora de España XIV, febrero de 1938
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